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La importancia de una buena actitud y aptitud en tu vida profesional


A lo largo de nuestra vida profesional, nos preocupamos por adquirir experiencias, conocimientos y destrezas que mejoren nuestro nivel de empleabilidad y nos permita escalar a mejores puestos laborales. Lo cierto es que adquirir estas destrezas es muy importante para conseguirlo, sin embargo, la competitividad hace que muchas personas tomen el mismo camino, consiguiendo una formación similar y estar en iguales condiciones que nosotros, lo que merma nuestras posibilidades, en un gran porcentaje, para lograr el éxito que nos hemos propuesto. Por ello, una actitud positiva y proactiva puede marcar la diferencia.


¿Actitud o aptitud?


La similitud entre ambas palabras así como su aplicación suelen generar confusión entre las personas, de ahí la importancia para conocer su diferencia. Cuando hablamos de aptitud nos estamos refiriendo a la capacidad o habilidad que tienen algunos individuos para realizar de forma adecuada una actividad específica. Esta actividad puede ser tanto laboral como deportiva, intelectual o de cualquier otra índole; y está determinada por los conocimientos y experiencias que vamos adquiriendo a través de los años. La actitud, en cambio, se refiere a la disposición que tenemos para realizar las actividades que se nos presentan a lo largo de nuestra vida. Es la respuesta que tenemos, tanto emocional como mental, ante las distintas circunstancias que se nos presentan.


¿Cuál de las dos es la más importante?


Si hablamos de algún nivel de importancia, ambas son igual de trascendentales cuando de afrontar la vida se trata. Los empleadores buscan postulantes que tengan habilidades y destrezas adquiridas así como el conocimiento y la experiencia en un área específica. Del mismo modo, se preocupan por conseguir a aquellas personas que presentan una disposición positiva y proactiva para el trabajo. Existen algunas empresas que le dan una mayor importancia a la aptitud que a la actitud y viceversa, dependiendo del puesto al que se esté postulando; sin embargo, el candidato que reúna ambas facetas va a tener una ventaja diferencial sobre los demás.


El puesto de trabajo es determinante


Existen puestos laborales por cubrir los cuales, por su nivel de especialización, requieren profesionales altamente especializados y capacitados de forma técnica, haciendo que pase a un segundo plano su actitud ante el trabajo. Otros, por el contrario, requieren desempeñar labores más operativas, lo que hace que los reclutadores valoren más la actitud que presentan ante el trabajo desempeñado que los conocimientos y destrezas adquiridas previamente. Es por ello que su importancia va a depender de lo que la organización esté buscando.


Existen profesionales que tienen un gran nivel académico y poseen la experiencia suficiente como para cubrir las expectativas de los empleadores. Sin embargo, manifiestan una actitud pobre y poco colaborativa, lo que es determinante para lograr los objetivos propuestos. Debido a ello, muchas veces se considera más importante la actitud por sobre la aptitud del que está postulando. Con una actitud entusiasta y siempre dispuesto a aprender, el individuo siempre estará en ventaja ya que es ese empuje el necesario para aprender más y mejor.



* Por: Marín Arias

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